Por Renée Zamora Díaz/ Psicoterapeuta Humanista.
Son esas ideas o imágenes que, de repente, se cuelan en nuestra mente sin ser invitadas. A menudo, son tan sorprendentes que nos hacen cuestionarnos: «¿Por qué pensaría algo así?». Estos pensamientos pueden ser neutros, como recordar una canción aleatoria, o más inquietantes, como imaginar un accidente. Lo que caracteriza a los pensamientos intrusivos es que no son deseados y suelen ser incongruentes con nuestro estado de ánimo o la situación del momento.
Desde el punto de vista de la psicología, tener pensamientos intrusivos es considerado como algo normal, hasta cierto punto. Todos los tenemos. La mayoría las personas ha experimentado al menos un pensamiento intrusivo en los últimos tres meses. Ahora bien, aunque es normal tener pensamientos intrusivos, lo que realmente importa es cómo reaccionamos ante ellos. Si bien pueden parecer alarmantes, es esencial entender que no necesariamente reflejan nuestros deseos o intenciones ni nuestro carácter o personalidad. Son, en muchos casos, simplemente el resultado de una mente activa y creativa que, a veces, toma caminos inesperados. Aunque pueden ser desconcertantes y, en ocasiones, perturbadores, es importante entender que es una experiencia común. Todos, en algún momento, hemos tenido estos «visitantes inesperados» en nuestra mente. Pero, ¿por qué aparecen? ¿Qué significan? Y, lo más importante, ¿por qué, en algunos casos, pueden hacernos sentir tan mal?
Alguna vez has intentado no pensar en algo y, en lugar de olvidarlo, ¿parece que no puedes sacártelo de la cabeza? Esto se conoce como la paradoja de la supresión. Es un fenómeno que ocurre cuando tratamos de evitar pensar en algo, y nuestro cerebro, en lugar de olvidarlo, lo destaca aún más. El psicólogo de Harvard Daniel Wegner (1994) encontró que la frecuencia de un pensamiento en el que intentamos no pensar disminuye durante un breve período de tiempo, pero pronto reaparece con mayor intensidad: el pensamiento se vuelve más presente en la mente y es más probable que provoque alguna respuesta.
Entonces, ¿ cómo podemos evitar esta trampa mental? La clave está en no luchar contra el pensamiento. En lugar de intentar suprimirlo, permítete reconocerlo sin juzgarlo y déjalo pasar como si fuera una nube en el cielo. Aprender a observar tus pensamientos sin aferrarte a ellos te ayudará a disminuir su impacto y a mantener una mayor tranquilidad mental.
Estrategias para aliviar este tipo de Pensamientos.
- Técnica de parada del pensamiento: Cada vez que detectes un pensamiento intrusivo, di mentalmente «¡Stop!» o visualiza una señal de stop. Esta técnica puede ayudarte a bloquear pensamientos intrusivos y a redirigir tu atención.
- Reemplazo de pensamiento: En lugar de intentar evitar los pensamientos intrusivos, trata de reemplazarlos con pensamientos positivos o neutros. Por ejemplo, si tienes un pensamiento intrusivo sobre un accidente, imagina un escenario seguro y tranquilo.
- Diario de pensamientos: Mantener un registro de tus pensamientos puede ayudarte a identificar patrones y desencadenantes de los pensamientos intrusivos, lo que te permitirá trabajar en técnicas específicas para superarlos.
TEN PRESENTE PIENSA BIEN, VIVE MEJOR…