Después de ver el live action hace unos meses de Pinocho y quedar un poco asqueado (ya sabíamos con los live action de Disney que no aportan nada y restan a la fuente original) otra adaptación de Pinocho sonaba ya demasiado pero eso se quitó pronto al saber que era una adaptación de nuestro gordito tapatío Guillermo del Toro que duró 15 años en hacerse en stop motion.
Stop Motion + Guillermo del Toro = no importa que sea lo veré con gusto. La verdad es que aún con expectativas altas esta película me voló la cabeza, la animación es sencillamente de lo mejor que he visto en mi vida, se nota el cariño y la dedicación que le metieron muchísimos en hacer esta obra.
Claramente se nota la mano de Memo del Toro y esta es una adaptación muy diferente a la original de Disney siendo mucho más oscura, sentimental, con grandes mensajes de vida, de aceptación, de la muerte y el duelo entre otros y obvio un par de criaturas y diseños fieles a Del Toro.
No entraré en la sinopsis porque todos conocemos la historia y a pesar de un par de cambios por aquí y por allá sigue la misma línea. Con su música, bella animación, estilo y una historia familiar, pero con cosas nuevas por descubrir, Pinocho nos va llevando de la mano en su duración de casi 2 horas hasta esos últimos minutos donde seguro les faltaran unos pañuelos porque esas lágrimas van a salir.
Puede que te pasara lo mismo de estar saturado de Pinocho pero tienes que darle la oportunidad si o si, es una de las mejores películas del año, definitivamente lo mejor de animación por mucho y aunque es una historia conocida de hace muchísimos años, Pinocho de Guillermo del Toro se convirtió en mi versión definitiva.
Como extra: Netflix tiene un especial de 30 min de cómo se hizo y vale muchísimo la pena checarlo.
¿Dónde ver? 👉 Netflix